Permanecí abrazada a él durante dos segundos totalmente fascinantes. Luego él me miró con la cara seria, con una mirada que me pedía que me separase de él.
Le miré a los ojos mientras seguía abrazada a él. Dejé de cantar.
- ¿Qué pasa? – le pregunté.
- No es nada, no es nada. – me respondió.
Pero yo sabía que sí había algo, algo estaba pasando y no me gustaba.
- ¿Positivo y negativo? – le pregunté mientras me separaba de él, ya conocía la respuesta.
- Positivo y negativo – me respondió.
Mi cara se ensombreció. No me gustaba aquella respuesta. Me separé un poco de él pero seguí bailando. Él sólo buscaba de mí una amistad, y yo lo respeté. Seríamos amigos. De repente algo en su semblante cambió. Me sonrió.Ahora la cantante calló y empezó a cantar un hombre. Ahora era él quien empezó a cantarme la canción, mientras se acercaba a mí. Puso una de sus manos en mi cuello, obligándome a juntarme a él. Su manera de pensar había cambiado. Nos juntamos tanto que me empujaba hacia atrás, mientras bailábamos. Me empujaba, mientras bailábamos sin parar. Me empujó hasta que topamos con una mesa.
Entonces nos juntamos aún más, tanto que notaba su respiración en mi cara. Ya no bailábamos. Todo había parado. La música ya no sonaba en mis oídos. Ya no bailábamos. Nuestras caras se rozaban, y disfrutábamos de aquel roce. Me miró a los ojos.
Y cuando supe que iba a besarme, desperté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario